Los viajeros con presupuesto ajustado saben que una de las mejores maneras de sacarle partido a un viaje es alojarse en un albergue: saldrás a descubrir el destino durante el día e intercambiarás anécdotas con otros viajeros en la cocina o el bar por la noche. El tipo de habitación más común en los albergues es el dormitorio compartido con baño también compartido, pero también suelen contar con habitaciones privadas para quienes quieran pagar un poco más.
Antigua villa, convertida en hostel. Súper cómodo, limpio y completo. El desayuno buenisimo, tenía de todo y de calidad. Los baños bien equipados. La cocina también. Camas cómodas, con cortina, luz y enchufes propios. En el exterior tiene sillas y mesas para pasar un buen rato al aire libre.
El hotel excepcionalmente limpio, la recepción siempre está abierta para pedir toallas, preguntar sobre los restaurantes y las atracciones turísticas y el desayuno es bastante completo. Hay un balcón para los fumadores, varios canales de la tele árabe y el lugar donde dan los desayunos es una cafetería. Los recepcionistas son todos jóvenes y hablan francés e inglés. El barrio es animado y seguro, muy cerca de la plaza principal.
Había una habitación libre cuando llegamos, y nos dejaron instalarnos antes de la hora establecida para check-in. Un gran detalle por su parte.
Todos los trabajadores del Hostel siempre muy atentos y amables.
Los trabajadores son excelentes, te hacen sentir en casa.
Hay animales por el hostel y le da mucha vida.
Repetiría! muchas gracias por vuestra amabilidad!
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Todo empieza con una reserva
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Luego, un viaje
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Y, finalmente, un comentario
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