Los que viajan con poco presupuesto saben que no hay mejor forma de ahorrar que quedarse en un hostel. Con lo ahorrado, podés hacer actividades durante el día. Por la noche, podés intercambiar historias con otros viajeros en la cocina o el bar. Los dormitorios con baño compartido es lo que más se reserva en los hostels, pero también hay habitaciones privadas para los que quieren gastar un poquito más.
Lo mejor es la ubicación, junto a la estación de trenes, y el precio. La habitación y el baño, dentro de la habitación, eran sencillos, pero cómodos, con lo básico (toallas, ropa de cama y jabón); y la cama bastante comoda. Tienes disponible té y chocolate gratis y el desayuno, aunque no lo probamos, era muy asequible. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que es alojamiento tipo albergue y no un hotel.
Todo estuvo excelente. El hostal muy bonito, comodo y los baños limpios.
Además la ubicación es inmejorable y el personal demsiado simpático y atento. Sin duda volveríamos a quedarnos aquí.
todo estaba perfecto y adema el señor de recepción fue muy amable porque no nos arrancaba el coche de alquiler y hablo con la compañía del coche y nos soluciono el problema darle las gracias
el albergue esta muy bien situado y es muy acogedor
El edificio es precioso. Está viejito pero alojarse en una de las casas victorianas de la zona me gustó mucho.
Está muy bien situada y tiene unas vistas espectaculares.
La habitación es normalita pero amplia y limpia.
Las zonas comunes del hostel son una monada y todo el personal encantador.
Dentro de su categoría, el alojamiento me ha parecido que está bien, tiene mucho encanto, está limpio y es cogedor.
A un youth hostel no se le puede pedir más. Todo genial.
Rayco
Familia con niños pequeños
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