Los que viajan con poco presupuesto saben que no hay mejor forma de ahorrar que quedarse en un hostel. Con lo ahorrado, podés hacer actividades durante el día. Por la noche, podés intercambiar historias con otros viajeros en la cocina o el bar. Los dormitorios con baño compartido es lo que más se reserva en los hostels, pero también hay habitaciones privadas para los que quieren gastar un poquito más.
Todo genial. Para concretar un poco más, podemos añadir que la habitación era enorme y privada en un hostel. Situado en una casa antigua rehabilitada y muy aprovechada para distribuir las habitaciones y las zonas comunes. Todo muy limpio y de amplias dimensiones, tanto habitación como sala de juegos, etc. La habitación parecía un mini apartamento.
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Todo empieza con una reserva
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Luego, un viaje
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Y, finalmente, un comentario
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