Para los viajeros que buscan experiencias de lo más auténticas, nada es más parecido a vivir en el campo que una estancia en una granja privada. Los anfitriones de los agroturismos suelen ofrecer actividades para los niños, además de ser un refugio acogedor para las parejas en el entorno de una granja original o reformada. El desayuno suele estar incluido, ¡y es posible que tú mismo recojas los ingredientes que usarán para prepararlo!
Es un hotel que recomendaríamos sin dudarlo. Nos encantó la amabilidad de la familia que lo lleva, el encanto de su ubicación y decoración, el desayuno!!! Todo un lujo en plena naturaleza que sus propietarios cuidan con todo detalle. No pudimos estar mejor.
Un lugar que debería ser obligatorio para familias, un retiro en la naturaleza, donde disfrutar de la granja, capacidad máxima para 4 familias lo cual permite disfrutar al máximo, comida casera, todo muy mimado. Alberto ha conseguido un gran proyecto de agroturismo. El enclave es inmejorable.
Trato muy agradable del personal. Todo limpio y bien cuidado. El sistema de acceso al hostal es moderno y muy cómodo, da total independencia al huésped. El entorno, la naturaleza, el pueblo - todo muy bonito. Repetiré si da la ocasión.
Tiene una buena ubicación para conocer la naturaleza.
Se come bien e incluso por la noche tienen un bar que hace cosas más ligeras como pizzas o bocadillos.
La habitación es cómoda aunque se oye el ruido de la habitación contigua.
Un lugar ideal para perderse en el monte, disfrutar de la naturaleza y lo que nos ofrece. Los niños lo disfrutan en grande dando de comer a los animales y aprendiendo a ordeñar una vaca. El entorno es ideal.
Precioso hotel rural con inmejorables instalaciones. Trato muy amable y cercano del personal. Ideal para escapada romántica.
Impresionantes vistas a la sierra. No se puede dejar de visitar el mirador de Castroviejo y la cueva Serena.
Estuve en la casa rural. Limpia y muy completa. Fenomenal la calefacción.
Martin Herrero
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