La Quinta da Boa Viagem ocupa una casa señorial del siglo XVI situada en las laderas de la sierra de Santa Luzia, a 5 km de Viana do Castelo y ofrece piscina al aire libre y jardines paisajistas.
Carlos
España
Todo muy bien, la acogida y los jardines maravillosos.
Desayuno excelente, con elaboraciones caseras dulces y saladas y varios tipos de pan muy buenos. Piscina muy tranquila y en perfecta ubicación, con un maravilloso magnolio.
Apartamento bien equipado, distribuido y decorado, maravilloso el mini-patio que aporta luz sin dar calor.
Esta casa señorial antigua está situada en unos amplios jardines con vistas a Viana do Castelo y al océano Atlántico. Ofrece casitas de campo reformadas, con TV vía satélite y chimenea.
Casa de Sta Margarida da Portela, que cuenta con jardín, piscina de temporada al aire libre y vistas al jardín, se encuentra en Vila de Punhe.
María
España
Anfitrión muy amable. Siempre pendiente de que todo estuviera a nuestro gusto y de hacer la estancia lo más agradable posible. Gracias Rui y familia por vuestras recomendaciones y atenciones.
La Quinta de Malta está ubicada en la localidad de Durrães, entre las montañas del norte de Braga.
MARISA
España
La ubicación y el paraje es tranquilo y bonito, el desayuno para lo que estábamos acostumbrados ,que hemos viajado y hospedado en casonas similares en otros paises ,correcto pero muy justito, nos faltó algun producto de la zona que suelen poner que es una de las cosas que ofrecen y buscas en éste tipo de alojamientos,(aqui lo ponen aparte previo pago) excepto un bizcocho que hicieron sin gluten, supongo por la queja que puse dia anterior cuando transmiti que habíamos avisado que uno de las personas que se hospedaban era celiaca, y al preguntar en las llegada que suponia lo tenían en cuenta para el desayuno del dia siguiente, el Sr que nos atendió, bastante seco por cierto, me contestó que habría pan... y al indicarle que si solo pan o, evidentemente entendia que mas cosas(cereales, magdalenas o algo distinto etc) me dijo que no, que alli solo ponían eso y que ser celiaco no era una cosa muy común...La Sra que estaba al dia siguiente en desayuno , mas amable, si nos indicó que habían preparado un bizcocho sin gluten...
Esta es la mejor opción para quien quiera escapar del ruido y del ritmo ajetreado de la ciudad. Las casas rurales son casas privadas situadas en el campo que pueden disponer de instalaciones comunes y con comidas disponibles. Pueden incluir actividades como senderismo, observación de aves o rutas en bicicleta.
La casa se encuentra en medio de la naturaleza, tranquila y muy agradable.
El dueño es súper amable, pendiente de todo y ofreciendo lo que tiene como si estuvieses en tu casa.
El emplazamiento, en la cima de la montaña, es un lugar con una energía especial, y con unas vistas espectaculares.
El albergue está muy cuidado, tanto las habitaciones, como el resto de instalaciones.
Las camas estaban impecables. Las habitaciones, muy luminosas, dan a un balcón con vistas.
Lo que más nos gustó fueron las vistas a la montaña y santuario, la amabilidad y explicaciones en recepción y, también la atención durante el desayuno.
La casa limpia, ordenada, camas muy cómodas. El dueño super amable y simpático. Nos ofreció desayuno a nuestro gusto, incluso compró cosas que no tenían para satisfacer nos.
Piscina cerca de la naturaleza, muy tranquilos y a gusto.
Recomiendo 100%
Las cabañas son preciosas teniendo en cuenta que es un destino rural. Todo muy curioso y ambientado con muy buen gusto, hasta el aseo con tanque de descarga antigua. El pazo es parte de una finca enorme de viñedos y la cabaña es amplia y muy bien ambientada, decorada y cómoda para pasar una o dos noches y disfrutar de la vida del campo y hasta de la maravillosa piscina entre las vides una vez que la encuentres. El personal es agradable y, aunque solo habla portugués, nos pudimos comunicar muy bien.
Nos gustó todo de Quinta da Ponte. Principalmente la situación en la cual se haya. Es una antigua casa restaurada con un gran jardín que aporta mucha tranquilidad.
Luis, su propietario, es una persona muy amable y ofrece todo tipo se facilidades al inquilino. El desayuno es muy rico y se hace muy agradable ya que comimos en el jardín disfrutando de la naturaleza.
Lo recomendaría sin dudarlo!
Es un sitio precioso, completamente integrado en la naturaleza. Ideal para viajar con tu mascota, porque puede moverse libremente por la finca. Hay jardines, paseos emparrados, césped... La piscina me encantó, puedes estar nadando y contemplar el mar mientras nadas, porque el pazo en sí, está en un alto y desde allí contemplas toda la línea de costa. Abstenerse gente a la que no le guste el campo, gente que piense con encontrarse un aséptico hotel de cuatro estrellas.
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