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En la cadena Ibis, nunca fallas, calidad precio, están muy bien. En concreto este cumplía todos nuestros requisitos, estación y centro cerca, paradas de bus cerca.... Una de las tardes decidimos tomarnos una cerveza en el hotel (ya que era sábado y estaba el centro a estallar de gente) y fue una maravilla, tranquilo, los camareros atentos a nosotros continuamente (que una de ellas.... ESPAÑOLA, más no podíamos pedir). Todo lo que necesitamos lo tuvimos.... un 10/10 la verdad.

La ubicación frente al Ródano, la habitación hermosa, limpia, con un micro balcón con vista al río, los chocolates riquísimos, la fama del chocolate suizo es merecida, la ciudad hermosa, elegante y un peligro para la tarjeta por la saturación de tiendas de artículos de lujo 😊

La verdad es que todo pero la ubicación es una maravilla

Ubicado en pleno centro de Carouge, un pueblo monísimo a 15’ en tranvía del centro de Ginebra. La parada del tranvía está en la puerta del hotel. El propietario, Fabio, es muy amable y, si le escribes, te responde rápidamente las dudas que puedas tener al preparar tu viaje. No hay que esperar grandes lujos pero la relación calidad/precio es estupenda.

Muy bien ubicado , todo como reloj suizo , funciona perfecto Habitación sin lujos pero perfecto para estadía Desayuno todo bien dispuesto ordenado de muy buen nivel , personal atento y disponible

Tiene servicio de transporte al aeropuerto, la cama super comoda y el aire acondicionado funcionaba de maravilla. Baño funcional amplio.

Muy buena ubicación. El personal muy amable. El desayuno espectacular y la cafetería de lujo, buena música y ambiente relajante.

Todo fue excelente, el Hotel superó nuestras expectativas en cuanto a ubicación, lujo, atención, instalaciones, comida. Lo recomendamos ampliamente.

Si quieres alojarte en la zona de Naciones Unidas en Ginebra es el mejor alojamiento por ubicación, por lo limpio y luminoso del lugar pero sobre todo por los dueños de la casa: Greg y Flavio, no han podido ser más encantadores, más atentos y más educados. Llegar después de trabajar al alojamiento y poder hablar con ellos o compartir una cerveza fue un auténtico lujo, desde luego fueron como mi familia los días que pasé en Ginebra y si vuelvo a ir desde luego me volveré a alojar aquí. Son increíbles y solo tengo palabras de agradecimiento.