Las hosterías son ideales para pasar unas vacaciones sencillas y tranquilas. Cuentan con servicios básicos de los hoteles y decoración tradicional. Suelen contar con un bar que vende comida y bebidas alcohólicas durante la noche, lo que las diferencia de otros alojamientos como la casa de huéspedes.
Posada Rural La Flor
María, no sé que decirte que antes ya no te haya dicho. Estar en la posada, es sentirse en casa, pero... de eso te encargas tú.
Muchas gracias por el detalle de la botellita y los bombones. Como bien nos has dicho, por mi cumpleaños, el aniversario, pero yo lo abriré por ti, por tu hospitalidad, generosidad y buen hacer.
Volveremos, no lo dudes...
La habitación no era muy grande, pero la cama era cómoda y la calefacción funcionaba muy bien. La terraza estaba genial, aunque no la pudimos usar porque, como decía María la dueña de la posada, en dos días hemos pasado por todas las estaciones, incluida una copiosa nevada en plena Semana Santa. El desayuno estaba bien, y podías repetir lo que quisieras. María ha sido un encanto, siempre dispuesta a recomendarte rutas y sitios para ver y donde comer.
Nos ha encantado nuestra noche en la posada Flor. María nos ha atendido genial, siempre con una sonrisa y amablilidad. Además nos hizo buenas recomendaciones de que hacer por la zona. Super recomendable el desayuno, muy buena calidad y cantidad. Seguramente volvamos
La Posada es un sitio pequeño pero con mucho encanto.
María es muy amable y te ayuda y aconseja con lugares para visitar, sitios en los que comer y rutas para moverte.
El desayuno merece la pena incluirlo ¡todo riquísimo y con abundancia!
Fui hacer una escapada de relax, suelo dormir bien poco, la primer anoche me hice 9 horas del tirón.
¡Volveré, sin duda!
La posada es muy agradable, tanto los exteriores como el interior. Las habitaciones son bonitas, todo está y huele a limpio, además la cama es muy cómoda. Nos tuvimos que ir pronto pero nos hubiese encantado estar más tiempo allí.
Desde aquí me gustaría dar las gracias a María, la dueña de la Posada La Flor, por ayudarme tanto a llevar a cabo la sorpresa que le tenía preparada a mi pareja. Mejor no se pudo portar, personas como ellas hay pocas. En cuanto a lo demás, una casa rural con encanto donde te sientes como en casa. María, gracias por todo!!
La amabilidad de la anfitriona es de otro planeta. La posada es cálida, amigable y MUY limpia y cuidada hasta el más pequeño detalle. Nos hemos sentido como en casa!
Vamos a repetir seguro.
Todo, la Posada es maravillosa, muy limpia y cuidada, la habitación preciosa, amplia y cómoda. Todo con muy buen gusto. Y la atención de María, encantadora. Nos dió un plano y nos explicó que hacer por la zona, un trato excepcional. Volveremos sin duda alguna
Rodriguez
Familia con niños pequeños
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