Los viajeros con presupuesto ajustado saben que una de las mejores maneras de sacarle partido a un viaje es alojarse en un albergue: saldrás a descubrir el destino durante el día e intercambiarás anécdotas con otros viajeros en la cocina o el bar por la noche. El tipo de habitación más común en los albergues es el dormitorio compartido con baño también compartido, pero también suelen contar con habitaciones privadas para quienes quieran pagar un poco más.
Solo hemos estado una noche, pero la pareja que lleva este hostal es un encanto. Es una habitación humilde pero muy cómoda, con aire acondicionado (muy necesario) y tienen un jardín precioso.
El desayuno es abundante, se han adaptado sin problemas a mi dieta sin gluten (soy celíaco) y te ayudan con cualquier cosa que puedas imaginar (mapa, restaurantes recomendados, frases útiles como "sin picante"...)
100% recomendable.
Adrián
Pareja joven
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