Los que viajan con poco presupuesto saben que no hay mejor forma de ahorrar que quedarse en un hostel. Con lo ahorrado, podés hacer actividades durante el día. Por la noche, podés intercambiar historias con otros viajeros en la cocina o el bar. Los dormitorios con baño compartido es lo que más se reserva en los hostels, pero también hay habitaciones privadas para los que quieren gastar un poquito más.
Las instalaciones son relativamente nuevas y todo tiene aspecto de albergue bien mantenido. La cena fue abundante y decente. La habitación y el baño compartidos más que correctos.
La dueña del hostel fue muy servicial. Nos dejó guardar las mochilas mientras hacíamos una ruta de varios días y nos reservó una habitación para la vuelta.
Las habitaciones son amplias y hay posibilidad de desayunar en el hostel.
Si volvemos a Mestia repetiremos seguro!
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¿Cómo funciona?
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Todo empieza con una reserva
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Luego, un viaje
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Y, finalmente, un comentario
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