Los viajeros con presupuesto ajustado saben que una de las mejores maneras de sacarle partido a un viaje es alojarse en un albergue: saldrás a descubrir el destino durante el día e intercambiarás anécdotas con otros viajeros en la cocina o el bar por la noche. El tipo de habitación más común en los albergues es el dormitorio compartido con baño también compartido, pero también suelen contar con habitaciones privadas para quienes quieran pagar un poco más.
La anfitriona es un encanto de mujer… súper amable y atenta. El albergue es una casa antigua en el centro de st Jean, la casa está muy bien cuidada, no se encuentra masificado ya que no son habitaciones grandes con muchas literas sino que es más íntimo, de hecho las camas tienen una cortina que resulta muy agradable para tener más intimidad. Por la mañana nos preparo un rico desayuno a un precio más que razonable. Quedé encantada de verdad. Gracias por su hospitalidad.
El hotel, antiguo albergue de peregrinos, no ofrece un buen aspecto, a primera vista y las habitaciones son poco convencionales, pro su situación y vistas, tanto a la muralla como a la montaña lo hacen muy agradable. Muy limpio y con mucha tranquilidad. Todos los servicios funcionaban bien. A mejorar la recepción.
Este Albergue de peregrinos ofrece las comodidades básicas: habitaciones comunes (pero de poca gente, 4-6 por habitación), duchas y WC compartido pero limpio y organizado, bonita terraza con vistas, salón común para descansar y sala de yoga-relax. Básico pero mejor que muchos otros albergues.
Buena recepción (nos esperaba una voluntaria)
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Todo empieza con una reserva
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Luego, un viaje
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Y, finalmente, un comentario
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