Los viajeros con presupuesto ajustado saben que una de las mejores maneras de sacarle partido a un viaje es alojarse en un albergue: saldrás a descubrir el destino durante el día e intercambiarás anécdotas con otros viajeros en la cocina o el bar por la noche. El tipo de habitación más común en los albergues es el dormitorio compartido con baño también compartido, pero también suelen contar con habitaciones privadas para quienes quieran pagar un poco más.
Autentico ambiente de albergue en montaña, con espirito de respeto, con un personal muy agradable. Perfecto para ir a hacer rutas de montaña en la zona!
Es un albergue precioso con ambiente muy familiar! Tiene todo lo necesario para una estancia cómoda. La tranquilidad del entorno no tiene precio. Amador y Sara son un encanto, con sus sonrisas te hacen sentirte como en casa desde el primer momento. Y la comida muy deliciosa, casera. Sin duda repetiremos cuando volvamos por la zona!
El albergue cuenta con todo lo necesario para que la estancia sea de lo más cómoda. La habitacion con baño propio y tamaño adecuado. Múltiples espacios para descansar y relajarte. Desayuno rico y completo.
Muy recomendable este alojamiento!
El trato cercano y detallista del personal; el albergue tiene mucho encanto; la comida calidad precio mas que correcta; limpieza impecable. Vistas preciosas. Como para repetir
Lo que más me gustó fue la ubicación del albergue, en un pueblo muy tranquilo en la montaña, y que el albergue es amplio y dispone de cocina equipada y sala de estar.
Para mí lo mejor ha sido la cocina. Cocinan bien y sano. Es lo más parecido a comer en tu casa. No las típicas frituras y grasas de bares y restaurantes a las que te ves condenado cuando viajas. El desayuno es bufé y es variado. Para cenar ponen bastante cantidad. Ambos merecen la pena. Hay que reservarlos con 24 horas de antelación. La cama es cómoda. Tanto el albergue como el pueblo son tranquilos.
IvanDF
Persona que viaja sola
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