Los que viajan con poco presupuesto saben que no hay mejor forma de ahorrar que quedarse en un hostel. Con lo ahorrado, podés hacer actividades durante el día. Por la noche, podés intercambiar historias con otros viajeros en la cocina o el bar. Los dormitorios con baño compartido es lo que más se reserva en los hostels, pero también hay habitaciones privadas para los que quieren gastar un poquito más.
Lo primero fue las jóvenes de recepción excelente amable,profesionales. El servicio de el personal súper excelente.higiene y limpieza inigualable,. La doy un 20 de 10 volvería mil veces a este lugar paz y descanso total y ni hablar de la comida súper rica y la playa para enamorarse. Excelente lugar.
El ambiente era genial. Los dueños Chinola y Ronald son lo máximo. Espero que lo puedan ir mejorando ya que no se encuentran hostales así en República Dominicana . Además la calidez de los dueños y quienes trabajan ahí es fantástico.
El hostal está bien ubicado, los cuartos bastante limpios y el personal es excepcional ! Más que un hostal, es una familia. Me encanto mi estancia ahí y si tengo que volver por las terrenas, es sin dudas que volveré a alojar en el hostel 23!
El hotel tiene muchísimo potencial, tiene un diseño muy amplio y una ubicación en primera línea de mar. Las habitaciones tienen un estilo árabe/caribeño que es muy interesante. Sin duda agradecimos la profesionalidad del recepcionista Luis, un chico con muy buenas habilidades para la hostelería que trata de complacer a sus clientes a toda costa, si Luis fuera el Director de Alojamiento creo que este hotel iría por mejor camino.
Lo mejor sin duda es Adrian. Te hace reír, te ayuda en todo, siempre tiene solución! Una persona con muy buenas dotes para la hostelería.
El hotel esta bien pero necesita una reformita, deberían ser todas las habitaciones iguales ya que algunas si han sido reformadas y otras no. Aun así, en general muy bien. También mencionar la simpatía de las camareras del restaurante, bueno todas menos la encargada que tenia cara de mal humor todo el día.
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Y, finalmente, un comentario
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