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El desayuno fue muy variado y bueno.

Las tres cosas que más nos han gustado de nuestra estancia han sido: 1) El hotel en sí. Es una preciosidad. Parece que estás inmerso en la selva. Las habitaciones están separadas unas a otras por un jardín bucólico, lleno de mariposas y flores, y una piscina en el medio (entre plantas y flores) dónde poder refrescarse. De ensueño! No nos lo esperábamos! Además, la llegada al hotel es toda una aventura. Llegas en barca. Si hubiésemos tenido buen tiempo habríamos disfrutado de un atardecer espectacular desde un mirador que tiene el propio hotel. 2) El servicio. Hemos recibido una atención impecable. Atentos, dispuestos, proactivos, amables, risueños. Nos hemos sentido tan a gusto! Además, se han adaptado totalmente a nuestras necesidades. Por ejemplo (atentos), teníamos un vuelo al día siguiente temprano y nos han preparado un desayuno espectacular para tomar directamente en el aeropuerto. Otro ejemplo (proactividad), para nuestra llegada al hotel se coordinaron con el guía para que este nos dejara directamente en el hotel en lugar de tener que interceder nosotros. Otro ejemplo (proactividad y atentos), como llegamos a media mañana nos ofrecieron un tentempié y, a la hora de la merienda, nos ofrecieron una especie de arroz con leche típico de Vietnam. Todo esto sin aplicar cargos adicionales a nuestra estancia. 3) Comida. Sin palabras. Este hotel es vegetariano. Pues bien, mi marido y yo, ninguno somos vegetarianos y sin embargo nos ha encantado la comida. Comida vietnamita, llena de sabores y con una materia prima espectacular. Esto nos ha permitido abrir la mente de ahora en adelante a la comida vegetariana. Y además de lo anterior, hay muchas más cosas que nos han gustado pero preferimos no desvelar para que os dejéis sorprender. Nos vamos muy agradecidos con el personal que ha contribuido a construir este bonito recuerdo.