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La casa es preciosa, típica alsaciana. Los propietarios viven en la planta de abajo y alquilan la planta de arriba. Muy amables y cordiales con nosotros. Nos dejaron una galletas artesanas de bienvenida. El alojamiento está muy bien ubicado para conocer la región de Alsacia. Lo recomiendo!

Un hotel ubicado en un entorno precioso, con magníficas instalaciones y decoración navideña.

Todo perfecto

Personal muy amable y atento; te facilitan todo cuanto puedas necesitar. Nos alojamos en el edificio que tienen al lado de recepción (con una preciosa entrada) donde disfrutamos de enorme tranquilidad y pudimos descansar placidamente sin ruidos ni molestias. Ofrecen un desayuno estupendo, con bastante variedad ademas de incluir fruta fresca. Facilidad para aparcar el coche dado que es un sitio pequeño y tranquilo. Sin duda volveríamos. Muy cerca de Colmar y pueblos de alrededor. Ha sido todo un descubrimiento.

La habitación era muy amplia, con un pequeño salón y todo, calentita y tranquila, la cama muy cómoda. Tiene un parking en la parte trasera del hotel y gratis. También tiene ascensor, todo muy cómodo, volveríamos!!! Nos gustó mucho.

La ubicación Esta aislado de todo, lo cual es una tranquilidad absoluta

Tuvimos la suerte de alojarnos en el lugar más encantador durante nuestra visita a Alsacia: la casa de Rose Marie y su esposo. Desde el momento en que llegamos, nos recibieron con una calidez que nos hizo sentir como en casa. La hospitalidad de esta encantadora pareja no conoce límites, y eso quedó claro desde el principio. Una de las experiencias más destacadas de nuestra estancia fue la oportunidad de degustar cada noche una auténtica cena alsaciana preparada por Rose Marie o su marido: Fleischschnacka, Munstiflette, Choucroute, Baeckeoffe, el queso munster, el kougelhof. Cada plato era una deliciosa muestra de la rica tradición culinaria de la región, y disfrutamos de sabores y aromas que difícilmente olvidaremos. Lo que realmente hizo que nuestra estancia fuera inolvidable fue la amabilidad y el cariño con el que nos trataron. Lo más conmovedor fue la atención especial que brindaron a nuestro bebé. Rose Marie preparaba una cena especial para el bebé con esmero y cariño y un puré para llevar a nuestras excursiones. Este gesto no solo resalta la hospitalidad, sino también la disposición de adaptarse a las necesidades individuales de cada huésped, creando así un ambiente verdaderamente familiar. La casa en sí era acogedora, las habitaciones estaban impecablemente limpias y cómodas. En resumen, nuestra estancia en el alojamiento de Rose Marie fue más allá de nuestras expectativas. No solo experimentamos la belleza de Alsacia a través de sus ojos, sino que también nos llevamos con nosotros recuerdos de hospitalidad sincera y de haber encontrado una segunda casa en un lugar lejano. Sin duda, recomendaríamos este alojamiento a cualquiera que busque una experiencia auténtica y memorable en Alsacia.