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Pueblo precioso con un castillo, río, varias iglesias, muchas rutas de senderismo por los alrededores... además de icnitas, pueblos abandonados y otras zonas de interés a pocos km de distancias. Totalmente recomendable para un fin de semana o incluso más tiempo. La comida en el bar restaurante del albergue del pueblo genial también.

Pueblo tranquilo, con historia , pintoresco , ideal para hacer senderismo, pasear y descansar . Súper silencioso

Yanguas es un pueblo con merecido honor de los más bonitos de España. En la comarca de las Tierras Altas de Soria, de fácil acceso por carretera, con mucha historia que contar, casitas de piedra, calles empedradas, muy bien cuidado. Tiene acondicionadas rutas de caminos arrieros. Se siente una paz y una energía muy especial. El río, el Cidacos, tiene una senda para pasear mientras escuchas solo el sonido del agua y los pájaros. Naturaleza en estado puro. Sus gentes son amables y tiene buena oferta de alojamiento y restauración para lo pequeño que es. Sería magnífico si se pudieran visitar por dentro todas las maravillas monumentales que tiene, como el castillo o las iglesias. En otras épocas sí disponía de guía turístico. Estaría bien poder tener acceso casi todo el año, al menos en primavera, verano, otoño. Aun así el entorno es idílico, merece la pena conocerlo.

Pueden visitar, el el límite con La Rioja , pueblos interesantes : Arnedillo , Arnedo , parque Monte Perdido, calzado con sus innumerables fábricas y decídelos. Muestrarios” 37” alrededor de 30 €. Pozas de Arnedillo, muy conocidas, así como el balneario. En fin, un buen lugar para descansar , equidistante de varios lugares a descubrir. !Visitadlo!

Si cogéis el alojamiento en una escala en un viaje, asegurados de que hay que reservar cena o no y de la hora del desayuno, porque me han hablado muy bien de la cocina pero no tuve ocasión de probarla (llegué sin reserva a la noche y me fui antes de que empezar a dar desayunos).

Yanguas es una joya arquitectónica en el puerto de Oncala, en Soria. No es fácil llegar a él pero merece la pena el paraje, sus vistas, su pueblo, su castillo e iglesias, su camino junto al río Cidacos. Se respira naturaleza, calma, sosiego. El tiempo se detiene y esa paz se respira. Regresaría sin dudarlo.