España
Dar las gracias por la atención excepcional de Nina, nos sentimos como en casa en todo momento y eso, no se paga!
Tienes libertad para caminar por sus tierras, para estar en la sala por la noche o, usar la cocina de uso compartido, con las habitaciones colindantes. (Nosotros compramos por la noche en el supermercado del pueblo y, estuvimos solos en la cocina!.)
Fuimos en pareja y, repetiremos más pronto que tarde!
Si tenéis oportunidad, os recomiendo reservar con antelación para comer en la masía ya qué, se llena porque la calidad/precio, es una pasada! Cada cosa que comíamos, era mejor que la anterior. No te sirven la comida con las manos, lo hacen con el corazón y eso, se nota. Te transmiten pasión por su trabajo y su producto, el desayuno es increíble, buenísimo y de proximidad, como su comida...Excelente. La habitación, es cálida y limpia, en concreto, nosotros nos alojamos en la número 5, "La Saleta", amplia, con terraza y mesa para degustar tranquilamente un vino con tu pareja en la habitación, viendo cómo anochece y mirando el cielo que, tuvimos la suerte de verlo repleto de estrellas, una pasada. Las vistas eran a su campo y, al despertar y abrir las ventanas, entra un aire limpio y puro, con el que sabes que has acertado eligiendo el lugar, con la melodía de los pájaros.
Cómo se agradece, ser atendido con cariño y con una sonrisa constante.
Nina, nos explicaba de dónde proviene cada producto y, el trabajo que hay detrás por su parte, y por la parte de cada persona que compone la masía, es de miedo!
Hacen su mermelada casera y, en el desayuno, estábamos alucinando. ( Tortilla con un sabor brutal, el pan....se lo hacen en un horno del pueblo especialmente para ellos, los tomates del campo, el embutido, la leche del café, la coca que hace Nina...De verdad, increíble todo.)
Queremos agradecer haber echo de nuestro fin de semana una maravilla, vuestro trato, dedicación y trabajo, qué, es espectacular y de 10.