Hoteles cerca de Rio do Amaro

La ubicación es muy buena, sobre la playa 3. Esto permite ir caminando al centro por la playa, pero al mismo tiempo se encuentra alejada del lío en que se convirtió la playa 2 (había estado hace 30 años y era bellísima; hoy donde había vegetación, hay edificaciones). Hay también un sistema de transfer al centro por la noche que te deja a mitad de camino y funciona correctamente. El jardín está impecable. Al no ser tan grande como un resort, el hotel es cómodo. Todo está a la mano: el restaurante, la pileta que mira al mar y las reposeras (como sube la marea, están sobre el cesped). La habitación es amplia y cómoda (recomiendo pagar un poco más y reservar en las que están en el piso superior para lograr mayor intimidad). Lo único que le falta es una mesa de apoyo, dentro de la habitación o al menos en el balcón. La limpieza es correcta. El desayuno es verdad que lo sirven los camareros y que uno se siente más cómodo si fuera un buffet libre. La solución es pedir sin pudor que te traigan lo que querés todas las veces que quieras (y ubicar al mozo Deivid el Bahiano, que entiende todo).

La vista al atardecer es soñada El personal muy amable Muy bien ubicado Morro es una zona muy segura El desayuno era muy rico

La variedad del desayuno, la cama y la vista desde el balcón.

El que esté leyendo esto que reserve sin dudarlo. Yo dudé por la distancia y los traslados porque no me quedaba claro. Hay un sector en la segunda playa que se llama receptivo (centro asistencial de turismo) que de ahí va y viene un jeep que te lleva y te trae sacando turno por el WhatsApp de la recepción, de paso pasas por zimbo una localidad que es el contraste del Morro, pero como experiencia esta bueno. El complejo es alucinante, cada uno en su casita, con una distancia amplia, naturaleza pura sin ruidos molestos. Si sos de los que buscan descansar, literalmente este es el lugar. El personal del restaurant muy buena onda pero demasiada, hace la diferencia con otros hoteles. Cenamos ahí unas 2 noches y nos encantó. La piña colada espectacular, rabanada de postre deliciosa. El desayuno todo fresco y rico, mucha variedad y pedidos especiales. La pileta gigante, limpia y temperatura del agua óptima. Tiene un gimnasio al aire libre con mancuernas de madera y pesas de arena, hasta eso te da la sensación de naturaleza pura (obvio que no hice ni dos abdominales pero si me llamó la atención porque nunca había visto un gimnasio así). Reposera y sombrillas del hotel en la playa con buen servicio de los mismos mozos del restaurant. Habitación con mosquitero, te dejan raid, cama cómoda. Wifi anda excelente. Bebida de cortesía al hacer el check in (super necesaria)