Bed and Breakfasts en Ráquira

Entrando nos recibieron la señora Alba y Nestor, que para mí fueron más que los encargados, llegamos a pensar que eran los dueños y el equipo de trabajo igualmente de atentos con todos los que estaban ahí.

Nuestra estancia en la finca Villa María fue una experiencia inolvidable. Desde el momento en que llegamos, nos recibió un ambiente de paz y tranquilidad que solo se puede encontrar en un lugar como este. No hay vecinos ruidosos. La ubicación de la finca es perfecta, rodeada de naturaleza y a tan solo unos minutos del encantador pueblo de Ráquira, famoso por su artesanía, y cerca de otras poblaciones ideales para explorar. El acceso desde la carretera principal hasta la finca es una vía destapada, pero subiendo en carro con calma se llega sin problema. Muchas personas suben en moto sin problema. Cuando llueve baja el polvo pero aveces hay barro. Los anfitriones fueron increíblemente amables y atentos, siempre dispuestos a asegurarse de que nuestra experiencia fuera perfecta. Su hospitalidad nos hizo sentir como en casa desde el primer instante. Los perros son muy amigables, Sam, Tony y otro viejito que no oye, si tú le dices que vas a salir y ya vuelves ellos no te van a “alegar”, son muy juiciosos. Para quien gusta de los perros no va a tener problema con su compañía. Hay gallinas y un gallo. La cocina está equipada con menaje para 4 personas aproximadamente, la estufa es de 4 puestos a gas con horno, se puede llevar mercadito para preparar los alimentos al gusto de cada uno. En Ráquira hay un D1 y puedes encontrar en la plaza de mercado de todo. Las instalaciones de la finca son cómodas y organizadas. La habitación, amplia y confortable, contaba con una cama comodísima y una decoración sencilla pero encantadora, ideal para desconectarse del bullicio de la ciudad. La cocina estaba completamente equipada, lo que nos permitió preparar nuestras propias comidas cuando lo deseamos, y el baño, organizado y limpio, tenía todo lo necesario. En resumen, nuestra estadía en Villa María fue fantástica. Es el lugar ideal para quienes buscan descansar, reconectar con la naturaleza y disfrutar de la calidez de sus anfitriones. Sin duda, volveremos. ¡Totalmente recomendado!

La casa es hermosa, con una vista increíble. La vía de acceso esta en buenas condiciones solo hay un tramo destapado pero no alcanza hacer mas de 5 metros. La atención de la señora Paola y su esposo es muy buena, están atentos a las necesidades de los huéspedes y siempre son amables y cálidos. Igualmente, el señor César está pendiente que la estadía sea maravillosa, convirtiéndolo en un lugar perfecto para descansar.

Amabilidad y buen servicio

Es un lugar de descanso hermoso. La atención fue excepcional. Muy tranquilo.

Las instalaciones son muy bonitas

La distancia con la plaza principal. Es acogedor. El desayuno estuvo delicioso.

La atención por parte del personal, especialmente de Mildred, fue excepcional. Siempre estuvo dispuesta a ayudarnos con una sonrisa y a asegurarse de que nuestra estancia fuera lo más agradable posible. Además, la comodidad de la habitación fue excelente, con todas las facilidades necesarias para una estancia relajante. El hotel en general es muy acogedor, con espacios bien cuidados y una atmósfera tranquila que contribuyó a que nuestra experiencia fuera aún mejor. ¡Recomendado al 100%!

La atención de la persona, muy amable

El hotel es completamente cómodo y acogedor, muy limpio y tiene una excelente ubicación muy cerca a la plaza de Villa de Leyva. En las noches no se siente ruido de la calle. Vicky y Blanca nos atendieron muy bien, nos ayudaron a conseguir transporte para las diferentes actividades y siempre estuvieron prestas a ayudarnos con lo que necesitábamos. Los desayunos deliciosos y abundantes. El hotel permite mascotas y nos dejaron calentar el alimento del perrito. Sin duda volveré al hotel y lo recomiendo 100%.