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Sorprende la calidad de la avenida costanera y la atencion de los locales en general, realmente atienden muy bien al turista.

Un lugar para descansar y relajarse. Recomendable la pizza Pomodoro en Pomodoro, y las hamburguesas del Food Truck de Patty.

Es una excelente ciudad, reconstruida después haberse perdido el 80 % de los hoteles, gran cantidad de viviendas y comercios por una importante inundación década del 70/80 Hoy una ciudad pujante, con gente amable, gente que ama su trabajo u sabe de las ventajas del turismo

Miramar es hermoso! en esta época, otoño, creo que ir dos días está muy bien. Hicimos visita al hotel Viena, luego paseo en barco -muy divertido e interesante- , caminatas por la costa... Visita al museo fotográfico y a un punto de avistaje de aves (al que se llega en auto, vale la pena!. Hermoso atardecer sobre la laguna, sentados en banquitos de la costa... E infaltable la comida rica en comedor Marchetti. El pueblo estaba lleno de vida, turistas, familias paseando, y toda la naturaleza rodeándonos. Para ir en verano seguramente se puede ir más días a disfrutar del agua y el sol, debe ser espectacular! Habrá que reservar con tiempo seguramente.

Es un lugar tranquilo, para disfrutar en familia, ideal para ir con niños pequeños o personas mayores. Está preparada para personas con discapacidad motríz. No hay noche para la juventud ni se puede tomar en la costanera, lo que da el marco ideal para disfrutar tranquilo. Está muy limpia la localidad. Hay mucha oferta gastronómica, mucho bar y restaurante frente a la costanera. Hay baños públicos muy limpios y en puntos estratégicos. Es fácil moverse, no es necesario un vehículo. Para quienes no disfrutan de meterse en la laguna, reservar si o sí un lugar con pileta y aire. Disfruté mucho de la visita nocturna al Gran Hotel Viena, no así el navegar para ver los flamencos ya que lo hice en una embarcación que al apenas acercarse a ellos, se van.

la ciudad esta impecable en limpieza felicitaciones ,caminar por la costanera es muy agradable y su gente de muy buen trato ,el recorrido por el museo hotel Viena ,masajes y fangoterapia del hotel el mistolar,muy buena atencion comedor Alianza y parrilla Marquessi, restaurant Petit nos sirvieron una sopa de verduras de bienvenida riquisima. el momento del atardecer el mejor . los flamencos y aves costeras ,sus palmeras Washigntonias y Phoenix espectaculares ,para descansar y ver el horizonte .